domingo, 30 de octubre de 2011

Agur a las armas


Dirigentes de ETA anunciando el fin de la violencia

ETA abandona la lucha armada. Curiosa manifestación de los etarras porque, sin embargo, siguen en la lucha y no han abandonado las armas. El significado de la frase y su intención es conocido por todos: dejarán de matar. Pero, ¿por qué siguen armados? Y que a nadie le queda duda, seguirán luchando, aunque esta vez por un vía política. Bienvenida sea esta última.

   Quise titular este artículo como homenaje al que fuera periodista y escritor estadounidense Ernest Hemingway, un amante del País Vasco y de España en general. El título de su novela Adiós a las armas, escrita en 1929, me parecía ideal como alegato en defensa de la paz. A eso le añado un agur, el equivalente al adiós en castellano, para ceñirme al territorio del Estado que más ha sufrido por la omnipresencia de esas máquinas concebidas para intimidar y matar, las armas. Una mezcla entre castellano y vasco, símbolo de lo que espero para el futuro en esa comunidad.

   Al mismo tiempo, este artículo viene muy condicionado e inspirado por el artículo de Borja Semper, líder del PP en Guipúzcoa, amenazado por la banda terrorista, publicado en El País. Confieso que me ha conmovido sobremanera y mi reflexión va dedicada a las personas que, como él, han tenido que vivir bajo la coacción, amenaza, vejación y toda clase de tortura física y anímica por parte de los terroristas y quienes les han apoyado.

   Reconozco que, como todos, me he dejado llevar por la comprensible euforia del tan ansiado anuncio etarra. Pero en frío, hay que sopesar las cosas y analizar en qué sutiación real se encuentran. Por ahora, y como me he referido antes, ETA no deja las armas, reununcia a matar, que no es poco. Pero por ello ETA ahora no es mejor ni realmente quiere la paz. Ésta no se consigue si el desarme no ha sido formalizado. Y como no ha ocurrido tal cosa, hay motivos más que suficientes para no creer en los terroristas ni aquellos que lo han permitido o alentado.

   Creo que en ETA ha elegido calculadamente (como siempre hace tanto para anunciar como para atentar) la fecha de este comunicado. A mi juicio, los etarras y abertzales que los sostienen han escogido el día 20 de octubre porque es exactamente un mes antes de las elecciones generales, que van a cambiar, salvo sorpresa mayúscula, al partido político en el gobierno. Y lo hacen porque con ello intentan dar un fuerte impulso, llevados por la marea de la falsa euforia pacifista que circula en el imaginario colectivo vasco, a los partidos políticos independentistas abertzales surgidos tras los anuncios de condena a la violencia, que no al terrorismo etarra.

   Y no abanadonan las armas, aún, porque esperan, entiendo, a los movimientos que pueda llevar a cabo el próximo partido en el gobierno, que presumiblemente será el Partido Popular, comandado por Mariano Rajoy. Éste, por si acaso, y para no dar pasos en falso, ha modulado muy bien sus reacciones. Ha pasado del activismo contra el Gobierno por la política antiterrorista al lenguaje comedido e institucional, desmarcándose de sus palabras del pasado y de las actuales de la vieja guardia del PP -véanse Aznar, María San Gil, Mayor Oreja, etc.- a las que hay que añadir la línea más férrea y dura en este sentido de la Asociación de Víctimas del Terrorismo.

   ¿Hace bien Rajoy? Puede que sí. En vísperas de elecciones no quiere sorpresas. Sabe que el anuncio podría beneficiar al PSOE, que en cierta manera, y aunque no lo reconozcan abiertamente, hacen suyo el éxito de la renuncia la violencia por parte de ETA. Más bien le apuntan el tanto a Rubalcaba, el candidato socialista al gobierno.

   Lo que harían mal todos los partidos, no solo los dos mayoritarios, es utulizar el anuncio en beneficio propio. Unos para ciriticar la labor del otro, y otros para apuntarse la victoria. El empuje del Estado, el Pacto por las libertades y contra el terrorismo, Policía y Guardia Civil, jueces y fiscales son quienes han acorralado a ETA a su final, que aún no se ha dado de facto. Me apena ver cómo algunos de esos partidos han utilizado, a su manera, el tan anhelado anuncio para beneficio propio. Mayor Oreja sigue insistiendo que es "un apaño" entre Gobierno y ETA. Rubalcaba saca pecho por lo realizado en las dos legisltauras al frente del Ministerio del Interior. Bochornoso espectáculo que, por el caontrario, sólo beneficia a Bildu y sus correligionarios. Entre todos le hicieron la campaña a esta formación en las municipales y ahora incurren en el mismo error.

   ¿Por qué guarda ETA sus armas? Para ver qué pasa tras las elecciones generales y qué postura toma el nuevo gobierno. En el tintero etarra quedan viejas reivindicaciones como la situación de sus presos o el llamado "conflicto vasco" por la independicia del territorio al que ellos llaman Euskal Herria (incluida las Vascongadas, sometiendo a Navarra). Su arsenal sigue escondido y podrían retormarlo en función de las decisiones del futuro inquilino en la Moncloa. Como no me creo las palabras de ETA, capaces de utilizar toda la artillería retórica para no comprometerse a nada formal -ya han mentido muchas veces en el pasado-, este comunicado lo pongo en cuarentena.

   Ahora el problema ciudadano está más centrado en el paro y la situación económica que ha propiciado una grave crisis. Con ello se diluye la tentación de los políticos a utilizar el terrorismo en campaña, porque saben que la necesidad imperiosa está en que no hay trabajo y no se llega a fin de mes. Todos menos para el PNV, que ha decido mojarse en el asunto etarra hasta el cuello. Ahora piden a marchas forzadas que se cumplan las exigencias abertzales, como si fueran suyas. Con ello quieren captar al electorado radical independentista y subirse al carro del pacifismo, al cual puso palos en la rueda en el pasado, sobre todo con la ilegalización de Batasuna. A eso se le llama doble moral.

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